viernes, 18 de diciembre de 2009

No sólo cuanto sino 'cuándo' se come es fundamental para tener buena salud

A la hora de mantener una buena salud, cuándo se come parece ser tan importante como qué se come.
A esa conclusión llegó un equipo de investigadores de Estados Unidos, que descubrió que la actividad de los genes del hígado (uno de los centros metabólicos mas importantes del cuerpo) se regula por los alimentos ingeridos y no por el ritmo circadiano, como antes se creía.



Neo Mundo
Nuestro estudio demuestra un cambio fundamental en cómo pensamos a los ritmos circadianos. Este reloj "interno" ya no es el único motor de los ritmos del funcionamiento de los genes.

Las fases y las amplitudes de la activación del ADN en el hígado parece estar determinada por los períodos de alimentación y de ayuno, explicó el doctor Satchidananda Panda, del Instituto de Estudios Biológicos Salk.

Qué son los ritmos circadianos

Los famosos ritmos circadianos funcionan como una especie de reloj que regula los ciclos biológicos del cuerpo, tales como la vigilia y el sueño, adaptando las diferentes funciones fisiológicas al momento del día. Por ejemplo, cuando se acerca la noche aumenta la secreción de la melatonina, una hormona asociada al sueño.

La parte central de este sistema se aloja en el cerebro y está fuertemente influida por los ciclos de luz y oscuridad del día. Pero también hay sedes de este "reloj" ubicadas en órganos periféricos que no reaccionan a la iluminación y sí a otros factores externos. La flamante investigación encontró que uno de esos factores es el momento del día en que se come.

El alimento en los ritmos biológicos

Los científicos hicieron sus experiencias con ratones. Algunos de los "investigados" tenían el ritmo circadiano normal pero en otros estaba alterado. Y se les dio de comer en patrones ordenados o desordenados, para luego monitorear como estos hábitos afectaban la expresión de genes en el hígado.

Notaron que un ciclo de 8 horas de alimentación y 16 horas de ayuno le devolvía el ritmo circadiano natural en los ratones que lo tenían alterado. Por el contrario, los genes metabólicos del hígado de los animales que no comían por demasiado tiempo dejaban de expresarse en todo momento, aun si su reloj circadiano funcionaba bien.

Y esto, ¿cómo se traduce en la práctica? Los expertos ejemplificaron lo siguiente: tener horarios de alimentación definidos hace que el cuerpo se prepare mejor para cumplir funciones ya sea de digestión o de utilización de grasas de reserva.

Las oscilaciones del hígado ayudan al organismo a adaptarse a los patrones diarios de disponibilidad de comida al ajustar temporalmente la actividad de miles de genes que moderan el metabolismo. Esta regulación es muy importante ya que la ausencia de un ritmo circadiano fuerte predispone al organismo a ciertas disfunciones y a sufrir enfermedades metabólicas.
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