Sultan Kolsen admite que uno de sus mayores deseos es "encontrar una novia" ya que "no hay chicas" de su estatura. "Me gustaría que sea honesta, simpática y con buen corazón", apuntó.
El turco Sultan Kolsen es el hombre más alto del mundo con una altura de 2,47 metros y tras haber hallado la "fama" tiene claro cual es su objetivo: encontrar una novia. El hombre declaró que a lo largo de sus 27 años nunca ha tenido una, debido a las dificultades por las que ha pasado al tener una estatura "fuera de lo normal".
Kolsen ha comentado que uno de sus mayores deseos hoy por hoy es "encontrar una novia" ya que "no hay chicas" de su estatura. "Me gustaría que fuera una chica alta, honesta, simpática, con buen corazón y con mucho sentido del humor" ha apuntado.
Sultan, que nació en una pequeña aldea que está entre Turquía e Irak, nunca había salido de allí. Tras ser declarado por el Libro Guinness de los Records el hombre más alto del mundo ha podido cumplir uno de sus sueños: viajar por todo el mundo y conocer sitios que nunca había imaginado visitar.
Una vida más normal
Ahora, parece que Sultan ha conseguido tener una vida algo más normal, pero desde pequeño tuvo muchos problemas debido a que a los diez años ya tenía "una altura descomunal", por lo que sus padre decidieron llevarle al médico, el cual le diagnosticó un tumor cerebral que le presionaba la pituitaria, lo que no le permitía parar de crecer. Tras un largo tratamiento consiguió frenar el proceso de crecimiento.
"Para mi ha habido un antes y un después de entrar en el Libro Guinness de los Records, porque antes tenía muchas dificultades para hacer cualquier cosa y tras el nombramiento la gente me aconseja, me regala ropa y me ayuda a tener una vida mejor" ha declarado Sultan, quien se ha mostrado "muy contento, orgulloso y muy feliz" por este reconocimiento.
EL 33 % DE LA MUJERES PREFIEREN
EL CELULAR ANTES QUE EL SEXO
Muchas mujeres le dan más importancia al celular que al sexo. ¿Será culpa de los hombres?
"Mirás un teléfono y ¿qué es para vos? ¿Algo que querés o una necesidad?", se preguntaba la vocera de relaciones públicas de Samsung Mobile. Y así fue como los cráneos de la compañía se dieron cuenta de que podían llegar a conclusiones muy interesantes (para ellos, claro) si lograban comparar un teléfono con el deseo más primario de las personas.
Así fue cómo la empresa decidió hacer este relevamiento que consistió darle dos opciones a la gente y preguntarle qué prefería: si quedarse sin celular durante un año o sin sexo durante un años. La aventura concluyó con un 33 por ciento de mujeres eligiendo sus celulares antes que sus amantes. Los hombres fueron un poco más sensatos: el 20 por ciento entre ellos eligió el celular antes que el sexo. Y esos son los resultados de Denver. Pero hay otras ciudades más celuadictas todavía: en Atlanta el 33 por ciento dijo preferir renunciar al sexo y en la misma tesitura, la gente de Boston y Los Angeles en un 31 por ciento.
En otras ciudades, la tendencia está un poquito por debajo del 30 por ciento. Pero en cualquier caso, es grave. Y no queda claro qué es más preocupante, si la desmedida importancia que las personas le dan al celular o la deprimidísima relevancia que le otorgan a la vida sexual.
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