lunes, 24 de noviembre de 2008

TERMINO EL SUEÑO DE LA DAVIS PARA LA ARGENTINA



Rafael Nadal no vino, pero España igual se las ingenió para dejar con las manos vacías al equipo dirigido por “Luli” Mancini. El esfuerzo de José Acasuso no alcanzó para forzar un quinto partido en la serie jugada en Mar del Plata. El capitán argentino cuestionó a los medios y desmintió que hayan peleado David Nalbandian y Agustín Calleri. Tampoco confirmó su continuidad en el cargo, aunque ya se menciona la llegada de Guillermo Vilas

Todo estaba preparado para otro festejo. España esmeriló la condición de favorito de Argentina y ganó la “Ensaladera de Plata”.


Verdasco se arrodilla al vencer el último punto del partido y ganar la final de la copa Davis en un encuentro larguísimo.


MAR DEL PLATA.- La ausencia de Rafael Nadal, el apoyo masivo del público y una cancha elegida a gusto amalgamaban la ilusión de alzar la Copa Davis por primera vez. Pero España se encargó de esmerilar las aspiraciones locales, y el tenis de Fernando Verdasco, de darle el tiro final con un triunfo sobre José Acasuso, por 6-4, 6-7 (3-7), 4-6, 6-3 y 6-1, en casi cuatro horas de juego. España fue un claro ganador, por 3 a 1.
Acasuso (jugó en reemplazo del lesionado Del Potro) salió al ruedo con la mochila pesada de salvar a la Argentina para estirar la definición con Nalbandian-Feliciano López.
El misionero, 48º en el ranking y poco adepto a las canchas rápidas, hizo lo que pudo, con más ímpetu y corazón que buen tenis. El público le perdonó cada error que cometió.
El zurdo Verdasco se llevó el primer set por 6-4 tras quebrar en el sexto juego a Acasuso, que cometió muchos errores no forzados. En el segundo, “Chucho” metió corazón y fuerza, y mostró mayor confianza, mientras el público alentaba ruidosamente. El misionero quebró en el segundo game; en el tercero lució el mejor tenis que se le vio y lo ganó por 6-4 gracias a un ace y a un par de devoluciones perfectas.
Pero desde el sexto game del cuarto set Verdasco enhebró su victoria. Primero cerró el parcial 6-3 y comenzó con un 3-0 el set decisivo. Acasuso pareció desmoronarse y con el quiebre en el séptimo, Verdasco pegó el grito y se dejó caer en la carpeta azul. La montonera colorada de los jugadores españoles se acurrucó en una cabecera de la cancha, mientras Acasuso explotaba en llanto.
Esta vez había un dolor grande. Hubo estrategias para neutralizar el poderío de Nadal en polvo de ladrillo. Hubo roces entre gobiernos por la sede que amagó con irse a Córdoba y terminó en Mar del Plata.
Era una oportunidad única, y será difícil que se repita. Todo estaba preparado para el festejo de unos, pero fue de otros. (DyN)

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