miércoles, 3 de febrero de 2010

Dormir la siesta mejora la memoria y baja el estrés

NO DESCANSAR - AFECTA EL CEREBRO




Las horas de sueño perdidas no se recuperan.


Hasta hace cuatro o cinco décadas dormir la siesta era una costumbre sagrada en las ciudades medianas y una práctica optativa en las grandes urbes. Pero el sano hábito se fue perdiendo debido al ritmo de vida cada vez más vertiginoso y competitivo. En los últimos tiempos distintos estudios demostraron que dormir la siesta y descansar diariamente las horas que necesita el organismo reduce el estrés y mejora la atención y la memoria. "Los que pierden horas de sueño de manera crónica ya nunca más rendirán al máximo de su capacidad", afirma un estudio realizado en EE.UU. y publicado en la revista "Science". Los insomnes se vuelven más vulnerables a las enfermedades, a los errores y a los accidentes.
LA GACETA

LAS ETAPAS DEL SUEÑO

Una tercera parte de nuestra vida la pasamos durmiendo y que de esa tercera parte, un cuarto de ella la pasamos
soñando, es decir, que una persona que tenga noventa años habrá estado durmiendo unos treinta años y soñando
unos siete años y medio. Sabemos muchas cosas sobre el sueño como por ejemplo las etapas de las que se compone,
pero todavía no se ha encontrado una respuesta contundente al motivo por el que, mientras dormimos, se reproducen
los sueños. ¿Quieres saber más sobre los sueños?
Antiguamente, se pensaba que mientras estabamos dormidos, el alma salía del cuerpo explorando diferentes mundos y
realidades, es decir, se producía lo que hoy se conoce como viaje astral. Pero no es hasta el siglo XIX cuando se
comienzan a realizar estudios sobre el sueño aportando nuevas teorías. Se descubrió que no soñamos durante todo el
tiempo que permanecemos dormidos, sino que realmente soñamos en periodos estimados de treinta minutos durante
unas tres o cuatro horas (suponiendo que durmamos durante ocho horas) Fases del Sueño Podemos distinguir dos
fases a lo largo del periodo de tiempo que estamos durmiendo (estimación de ocho horas). Esto no significa que si
dormimos más o menos horas, siempre se cumplan todas las fases. Cada fase tiene una duración específica por lo que
si dormimos menos de ocho horas no estaremos descansando todo lo que el cuerpo necesita y dormir más tiempo es
algo que el cuerpo no necesita. La primera fase se denomina SWS y a su vez está subdividida en cuatro subfases. En
la fase SWS se suelen dar los ronquidos, el sonambulismo y el habla en sueños. Se pueden clasificar las subfases del
SWS de la siguiente manera:

- Subfase 1: es el comienzo. Todavía somos capaces de percibir por el oido y el tacto todo lo que nos rodea. Es lo que
comúnmente se conoce como sueño ligero. En este estado es en el que comúnmente decimos que nos hemos
quedado traspuestos cuando nos despiertan. Durante esta fase apenas descansa el cuerpo.
- Subfase 2: Perdida de percepción sensorial. En esta fase digamos de desconectamos de nuestro entorno y esto
habilita la posibilidad de soñar. El cuerpo se relaja y se intensifica la actividad cerebral
- Subfase 3: Aumenta la relajación del cuerpo y la perdida de percepción sensorial que comienza a manifestarse en la
subfase 2. El sueño aquí es esencial para que la persona descanse.
- Subfase 4: Sueño profundo. La actividad cerebral en esta subfase es más lenta. Pueden aparecer sueños aunque
no es momento más habitual para ello. Estos sueños se caracterízan por no ser una historia continua, sino más bien
un compendio de imagenes, luces y figuras. Hay extremada relajación muscular. Se supone que esto es un sistema de
protección del propio cuerpo para que durante la siguiente fase que explicaremos a continuación, no nos causemos daño
alguno. Es en este momento donde se presentan los terrores nocturnos y el sonambulismo en las personas que son
propensas a ello. Tras pasar la fase SWS comienza la fase REM (rapid eyes moviment) o conocida también como MOR
(Movimiento de Ojos Rápidos). En esta fase, la respiración es más rápida y variable que en que la SWS. Es en esta
fase en la que se pueden apreciar los movimientos contínuos y rápidoas de los ojos bajo los párpados. Durante el
sueño REM, toda la musculatura, excepto los ojos, está profundamente paralizada, aunque la respiración continúa
automáticamente. Esto es consecuencia de la fase SWS. La parálisis en sueños, las pesadillas y los falsos
despertares están asociados con el sueño REM.
La etapa REM aumenta de duración a lo largo de la noche y la SWS disminuye en correspondencia. Así, el sueño de la
primera mitad de la noche es principalmente SWS y el de la segunda mitad es más REM.


INTERPRETACION DE LOS SUEÑOS

En muchas culturas se atribuye un valor profético al sueño, concebido como un mensaje cifrado de origen divino que es necesario desentrañar. Esta creencia se encuentra, por ejemplo, en la Biblia (donde José interpreta los sueños del Faraón: Génesis 41:1-36). En Grecia la oniromancia fue una actividad habitual: aún hoy se conserva un manual de interpretación de sueños, el de Artemidoro, del siglo II d. C. Sin embargo, uno de los filósofos de la Grecia antigua, Heráclito (h.540-h. 480 a.C), sostuvo hacia el 480 a.C. que los sueños no tienen significado alguno fuera de los pensamientos de la persona que los evoca.[1] En este sentido, Heráclito se anticipó por muchos años al pensamiento científico que intenta explicar en qué consiste el proceso del sueño en los organismos humanos y animales.

A principios del siglo XX, Sigmund Freud retoma la cuestión desde una perspectiva racionalista con su Interpretación de los sueños (1900). Esta obra se convirtió en uno de los libros más influyentes del siglo XX. Al principio tropezó con una enconada resistencia, pues el psicoanálisis representaba un enorme reto para la tradición occidental. Los trabajos de Freud llamaban la atención sobre las zonas marginales del ser humano: la irracionalidad y el sexo. Freud muestra que el inconsciente (y no la conciencia) es la parte de nuestra psique que ordena todo nuestro pensar y sentir. Según sus palabras: "El yo no es el señor de su propia casa". El análisis de los sueños es para él la via regia de acceso al inconsciente. Los psicoanalistas posteriores, ortodoxos o no, persisten en este posicionamiento.

Para el psicoanálisis es importante distinguir en los sueños el contenido manifiesto y el contenido latente.

El contenido manifiesto de los sueños es la historia o sucesos tal como el soñante los vive, es un material elaborado a partir de las experiencias cotidianas y los deseos reprimidos mediante los distintos procesos de elaboración onírica. El contenido manifiesto no se encuentra en el nivel del significado, sino del símbolo.
El contenido latente es el significado verdadero del sueño, el psicoanalista se esfuerza por interpretar el contenido manifiesto del sueño que el paciente le relata, para revelar el contenido latente, su significado.
Carl Gustav Jung, discípulo heterodoxo de Freud, sostenía que los sueños eran un órgano de información y de control.[2] Los símbolos oníricos son, según este autor, transmisores de mensajes instintivos a las partes racionales de la mente del ser humano, y resulta necesario interpretarlos para comprender el lenguaje de los instintos.[3] Jung no creía, como sí lo hacía Freud, que los sueños fueran un ropaje que oculta otra cosa. Los sueños eran para Jung información y comunicación de ideas expresadas dentro de los límites de un medio. Tras estudiar unos ochenta mil sueños, llegó a la conclusión de que éstos son relativos a la vida del observador. Este organiza sus imágenes oníricas en un centro llamado sí mismo, el cual tiene la función de ordenar y legislar toda la vida psíquica, ora consciente ora inconsciente, a través de numerosos sueños que tienen lugar en la vida de la persona. Jung interpretaba, pues, el sueño como único y relativo al soñador. Para comprenderlo, debía examinarse el cuadro onírico como meollo del estudio y el análisis[cita requerida].

Desde una perspectiva distinta a la terapeútica, el surrealismo preconiza también la observación de los sueños. Las revistas del movimiento ponen de moda la anotación de las fantasías nocturnas. En su obra Los vasos comunicantes (1932), André Breton expone su visión del fenómeno y, al mismo tiempo que reconoce la aportación de Freud, polemiza con él por encontrarla insuficiente.

Recetas para Insomnes



El insomnio es una alteración del ciclo regular del sueño. Es un síntoma y no una enfermedad.
Las horas que cada persona necesite para obtener un sueño reparador varía de individuo a individuo. Algunas personas requieren 6,7, 7 /30, 8 o nueve horas de sueño para sentirse bien al día siguiente.
Cabe señalar que en la tercera edad el organismo, por lo general tiende a disminuir las horas de sueño.
Las causas que provoca el insomnio pueden tener diverso origen, como por ejemplo; alguna enfermedad, estado febril, depresión, uso o abuso de alcohol, drogas, medicamentos, trastornos respiratorios, etc.
Sin embargo, cuando estamos preocupados, tensos, atravesando alguna situación difícil, también podemos tener insomnio y este puede manifestarse como un despertar muy temprano o la dificultad para conciliar el sueño.
En caso de que el insomnio persista por más de 3 semanas es aconsejable consultar a un especialista.
Después de saber el posible origen del insomnio y descartar enfermedades, le sugerimos las siguientes normas que le ayudarán a dormir mejor.

HIGIENE DEL SUEÑO.

Diariamente.
Mantener el dormitorio limpio, con adecuada ventilación, lo más grato posible.
Evitar alimentos pesados antes de acostarse.
Acostarse y levantarse a la misma hora.
Excluir del dormitorio actividades distractorias, como ver TV. hablar mucho tiempo por teléfono etc.
Evitar ejercicios intensos, tales como gimnasia, aeróbicos y otros.
Evitar la ingesta de bebidas cola y café.
Evitar beber alcohol. Si bien un poco de alcohol induce al sueño el exceso es dañino.
Escuchar suaves melodías también es eficaz para muchas personas.
Cuando el insomnio se debe a preocupaciones, tratar de meditar, orar o simplemente contar.
Darse un baño de tina con agua tibia.
Beber medio vaso de leche tibia.
Dejar de preocuparse por el insomnio, ya que después de 48 horas sin dormir el sueño aparece naturalmente.
Respirar profundamente inhalando y exhalando el aire, por lo menos cinco veces.
Y ahora le deseamos.
DULCES SUEÑOS

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