Más de la mitad dice haber presenciado uno. La mayoría los vincula a personas que se curaron de enfermedades graves. Encuesta en Tucumán y otras ciudades.
La mayoría de los argentinos cree en milagros. Siete de cada diez, para ser más precisos, según una investigación realizada por una universidad privada en grandes ciudades del país. No sólo creen, sino que además lo viven: más de la mitad de los consultados respondió que se sintió en presencia de un milagro alguna vez en su vida. Creer o reventar.El trabajo indaga sobre las creencias religiosas de los argentinos, y empieza por señalar que el 90% de los encuestados cree en Dios. De las ciudades que participaron en el sondeo, Corrientes resultó la más creyente, el 97,1 % de los encuestados; la Capital Federal, en cambio, resultó la más escéptica, aunque de todos modos muestra un 85% de religiosos.
En tanto, los más creyentes resultaron ser quienes completaron estudios secundarios (el 96,3% de ellos), y los que terminaron sólo la primaria (96,2%). El índice baja a 85% entre quienes completaron estudios universitarios.
La encuesta fue realizada por la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES 21) entre 1.027 hombres y mujeres de 18 a 70 años de la Capital Federal, Tucumán, Corrientes, Mendoza, Comodoro Rivadavia, Córdoba y Rosario. Según los responsables del estudio, la muestra es representativa de la población de las grandes ciudades del país, y constituye una buena aproximación a las creencias religiosas del total de la población argentina.
Para Fortunato Mallimaci, que desde el Conicet dirigió en 2008 la Primera Encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina, lo novedoso del trabajo de la UES 21 es que muestra que hay creencias que se expanden por toda la sociedad argentina. “Por ejemplo –dice Mallimaci–, los profesionales que pasaron por la universidad ‘creen’ (un poco menos, pero nada significativo) como el resto de los argentinos en los milagros. ¿Será que son manipulados y engañados, o será que hay diferentes esferas de racionalización, cada una con sus sagrados y sus dioses, que atraviesan todas las clases sociales?”.
El 71,8% de los consultados dijo creer en los milagros. Dentro de este grupo, aparecen creyendo en ellos más las mujeres (77,4 %) que los hombres (65,7 %), y más quienes no tienen estudios o tienen la primaria incompleta (86,7 %) que los que terminaron la universidad (65 %).
A su vez, el 52,9 % de la muestra dijo haberse sentido en presencia de un milagro alguna vez. Y cuando se les pidió que lo mencionaran, un 46,8% de ellos se refirió a una persona que se curó de una enfermedad grave, un 13,4% “a la vida misma/el nacimiento”, y casi el 10 % a “personas que sobrevivieron a un accidente”.
Para Mallimaci, que los milagros más señalados sean curaciones, “es un dato que muestra la enorme crisis de los sistemas de salud, hoy privatizados y donde reina la ley del mercado capitalista”.
A su vez, el especialista resalta que hoy se vive en sociedades capitalistas que están en procesos continuos de secularización (alejamiento de lo clerical). Y señala que la secularización se vive también cuando conceptos “sagrados” de la tradición judeo cristiana pasan a formar parte de las propias interpretaciones en la vida familiar, política, social o simbólica. “Son categorías que ya no tienen esos antiguos ‘dueños’ –afirma–. Lo vivimos semanas atrás con el concepto matrimonio, cuando la sociedad política decidió que es una nominación del Estado más allá de que haya religiosos que lo crean suyo”. Para Mallimaci, en el estudio de la UES 21 sucede lo mismo con varios de los conceptos sobre los que se pregunta. “Han dejado de pertenecer a una religión y los ciudadanos hacen uso de los mismos según sus creencias, intereses y decisiones”.
Por su parte, César Ceriani Cernadas, también del Conicet, dice que desde el punto de vista de los creyentes, los milagros, caros a la tradición cristiana pero también afines a muchas otras cosmovisiones, siempre tienen un fin concreto, como curar una enfermedad o sobrevivir a un accidente. “El milagro expresa así la posibilidad de otorgar un sentido a la ventura inesperada que encierran ciertos fenómenos socioeconómicos y culturales”, explica. Y agrega que se trata de una categoría que atraviesa identidades sociales.
clarin.com
PASAJES BIBLICOS PARA RECORDAR
Cinco curaciones de paralíticos
El criado del centurión en Capernaum (Mt. 8:5-13, Lc. 7:1-10): Fue curado distancia por petición y gracias a la fe del centurión.
No está claro si el relatado en el Evangelio de Juan es el mismo milagro, ya que el beneficiario es en este caso el hijo de un cortesano, aunque los detalles de la narración son idénticos.
Un paralítico de Capernaum (Mt. 9:1-18, Mr. 2:1-12, Lc. 5:17-26): quien estaba postrado, y también le fueron perdonados sus pecados. Los escribas acusaron a Jesús de blasfemo.
El hombre de la mano seca (Mt. 12:9-14, Mc. 3:1-6, Lc. 6:6-11): debido a este milagro los fariseos se enfurecieron y murmuraban planeando la destrucción de Jesús.
La mujer en la sinagoga que estaba encorvada y no podía enderezarse (Lc. 13:10-17): esta curación tuvo lugar también en sábado y en una sinagoga, por lo cual Jesús fue criticado.
El de Jerusalén (Jn. 5:1-18): este hombre llevaba 38 años enfermo y fue sanado un sábado en un estanque llamado Betesda en hebreo.
Cuatro curaciones de ciegos
Los dos ciegos de Cafarnaúm (Mt.9:27-31).
Bartimeo, el de Jericó (Mt. 20:29-34, Mc. 10:46-52, Lc. 18:35-43, también encontrado en el Corán): Él le suplicó misericordia y Jesús le dijo que fue salvado gracias a su fe.
El de Betsaida (Mc. 8:22-26): A quien sanó poniéndole saliva en los ojos e imponiéndole las manos
El de nacimiento (Jn. 9:1-41): Jesús lo sanó restregando lodo hecha con su propia saliva, en los ojos del ciego, quien luego se lavó en la piscina de Siloe (enviado).
Dos curaciones de leprosos
De un leproso de Galilea (Mt. 8:1-4, Mc. 1:40-45, Lc. 5:12-16, también encontrado en el Evangelio Egerton y en el Corán): fue curado al ser tocado por la mano de Jesús.
De diez leprosos (Lc. 17:11-19): iban camino a Jerusalén y Jesús los curó con el poder de su palabra
Cuatro milagros sobre resurrección
La resurrección de Lázaro por Giotto di Bondone (siglo XIV).
Una niña de doce años de edad, hija de Jairo (Mr. 5:38-43, Lc. 8:49-56): Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo dormida.
Lázaro, el de Betania (Jn. 11:38-44, también encontrado en el Corán): quien ya llevaba cuatro días de estar muerto y estaba sepultado en una cueva.
El hijo de la viuda de la ciudad de Naín (Lc. 7:11.17): Jesús se compadeció de la viuda al verla llorar, tocó el féretro en el que llevaban al muchacho y le ordenó que se levantará.
La Resurrección de Jesús (Mt. 28:1-10, Mr. 16:1-8, Lc. 14:1-12).
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