sábado, 27 de septiembre de 2008

CANALLADA DE LOS SANTOS EN ROSARIO

Central sigue aturdido y rescató un empate ante San Martín
Otra vez la amenaza de sentencia merodeó el juzgado de Arroyito. La atmósfera se cortaba con bisturí. Las tribunas y sus murmullos cargaron de angustia a un compromiso pesado. Nuevamente, Central debía obtener un resultado positivo para que el técnico esquivara la guillotina a sólo ocho pasos del arranque del Apertura. Se necesitaba otra prueba de vitalidad para convencer a propios y extraños, como pública muestra de fe para vencer la irregularidad y el polémico rótulo de la transición. Parecía un duelo a cara y seca para Pablo Sánchez, pero el empate puso la moneda de canto y mezcló silbidos con aplausos. Por eso el empate 1 a 1 con San Martín de Tucumán no pudo convertirse en desahogo, fue otro grito atragantado que sólo sumó confusión en el agitado tablero canalla. Ni siquiera el afortunado tiro libre de Ezequiel González logró remediar esa ansiedad. Otra vez, la gente se fue del estadio con una profunda desazón.
   Anoche no apareció la respuesta convincente que se necesitaba. No hubo una señal firme de reacción. Sólo surgieron algunas pinceladas de Ezequiel que sufrieron de cruda soledad porque nunca encontraron complicidad en sus compañeros. Con ese panorama, no se pudo advertir un patrón de juego definido que alimente la quimera, el horizonte sigue asomando lejano y los nubarrones conspiran contra la continuidad en el camino. Quedó claro que esta historia no es cuestión de sistemas y todo se conduce por afuera de los carriles de la tranquilidad. El pronóstico es reservado, más allá de que Vitamina dejó en manos de los dirigentes cualquier determinación.
   El primer tiempo fue parejo. Hubo dos apuestas diferentes, con velocidades distintas. Central quería imponer su vértigo, apurado por sus necesidades. Por su parte, los tucumanos tenían menos la pelota pero hacían un culto de la cautela y el traslado criterioso, pero le faltaba profundidad. En ese contrapunto, el único que salía del aturdimiento colectivo era Ezequiel, quien en cuentagotas volvió a demostrar que es la principal usina de fútbol auriazul. Por eso no fue extraño que el enganche abriera la cuenta. Apareció de suerte en escena y jugó su carta en el tiro libre que en el cierre de la etapa inicial rozó en Marcelo Quinteros y descolocó a Gutiérrez.
   Pero Central no supo cómo capitalizar esa ventaja. La utilizó sólo en los primeros minutos del complemento, pero después del parate que impuso la lesión de Pitana (ver página 3) el partido se le puso de espaldas. A los 69’, la volea de Nicolás Herrera desató los nervios de Central y la luz al fondo del túnel se fue apagando. No hubo ideas ni sustento para lograr la heroica.
   Así, los canallas continúan sumidos bajo un espíritu errante. La realidad se presenta enfrentada con las expectativas y los rumores serán la vedete de este fin de semana. Ahora, los Usandizaga tienen en sus manos las chances de futuro de este ciclo que todavía no logra hacer pie.
Fuente LA CAPITAL DE ROSARIO
Encuentro que fue transmitido por el equipo periodistico de ACTUALIDAD DEPORTIVA que dirige Oscar Chichí Perez Molina para RADIO TIEMPO 95.7, con los relatos de Ricardo Alvarez, comentarios de Gustavo Martinez Ribó, locución de Kike Monte, Técnica de Marcos Sebastian y Operación de Adrián Ferreyra.

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