martes, 9 de diciembre de 2008

EL ARBOL DE NAVIDAD: UNA TRADICION IMPORTADA QUE SE AFINCO EN NUESTRA COMUNIDAD


La tradición de armar un árbol como signo de la navidad siempre ha sido cuestionada por desvirtuar de una forma pagana el sentido real de estas fiestas: el nacimiento de Jesús, representado de mejor manera por el Pesebre, muchas veces relegado a un segundo plano . Porque, reconozcámoslo, la mayoría de las veces cuando pensamos en la Navidad, la primera imagen que se nos viene a la mente es el arbolito en cuestión y no el Pesebre que debería ocupar el lugar central de nuestro entusiasmo navideño.

Sin embargo, aunque su significado no es tan visible, el arbolito es una alegoría y un símbolo del cristianismo al igual que el Pesebre.

Esta tradición del árbol de navidad es de origen nor-europeo, según publica el libro “Camino hacia la Navidad”de la editorial cristiana Paulinas. En épocas del Imperio Romano, los jóvenes salían en primavera a dar vueltas con un pino para anunciar la llegada de esta estación ya que tomaban este signo de la cultura nórdica quienes adoraban este árbol por mantenerse verde en pleno invierno. Luego, los cristianos encontraron que estos signos podian tener afinidad con los misterios que celebraban y comenzaron a usar un abeto cargado de manzanas, además de un mastil adornado con globos de colores y antorchas, y así fue como más tarde unieron estas dos costumbres, según el libro de Paulinas.

Otra de las tradiciónes cuenta que por aquellos tiempos, San Bonifacio se encontraba en la antigua Germania evangelizando a sus pueblos que solian realizar ofrendas a sus dioses al pie de los árboles. Allí fue cuando en una noche de Navidad, los germanos se disponían a sacrificar a un niño debajo de un árbol y Bonifacio se llenó de furia, cortó el tronco y de sus raíces surgió un pino que fue interpretado como una señal de su fe cristiana. De este modo salvó al niño y esto produjo una conversión masiva.

Luego, otra de las historias acerca de su origen se remonta a una fría noche de invierno en Europa cuando un niño buscaba refugio. Un leñador y su esposa lo recibieron en su casa y le dieron de comer. Durante la noche, el niño se convirtió en un ángel vestido de oro y para recompensar la bondad de los ancianos, tomó una rama de un pino y les dijo que la sembraran, prometiéndoles que cada año daría frutos. Y así fue como el árbol brindo todos los años manzanas de oro y nueces de plata, según cuenta el Ministerio de Educación de la Nación.

Sin embargo, fue recién en el siglo XVI cuando comenzó la costumbre de colocar árboles de Navidad dentro de los hogares . La tradición comenzó en Alemania, luego pasó a Gran Bretaña, después a Estados Unidos y de ahí llegó a América Latina. En Argentina el primer “arbolito de navidad” se armó en 1807, y lo hizo un irlandés quien decoró un pino en una plaza para recordar la costumbre de su país.

Luego, los adornos comenzaron a ser utilizados se cree a partir del siglo XVII a raíz de varias costumbres. Una de ellas hace referencia a cuando los germanos solían vestir con frutos a los árboles “pelados” en el invierno para que los espíritus buenos que en ellos habitaban no se fueran. Otra de ellas, cuenta que al principio se utilizaban manzanas para simbolizar al fruto del árbol prohibido del Génesis bíblico que luego fueron reemplazadas por bolas de cristal.

Al principio, las guirnaldas, exclusivamente plateadas, eran utilizadas por los exiliados europeos para simular la nieve que hay en diciembre en el viejo continente. Luego, los colores de los adornos comenzaron a variar y cada familia le fue aportando su toque original o de moda.

Luego, las luces comenzaron a ser usadas gracias al protestante Martín Lutero. Cuenta la leyenda que, una noche, caminando hacia su casa, el reformista de la Iglesia Católica fue sorprendido por el brillo de las estrellas, entre los árboles cercanos. Para reproducir la escena a su familia colocó un árbol en la habitación principal de la casa y le instaló alambres en sus ramas para sostener velas encendidas.

Así es como se llega al significado del Árbol de Navidad que para los cristianos es símbolo de Jesús, el “Árbol de la Vida”, y la familia que lo prepara esta creando el ámbito más preciado para vivir y acrecentar la fé, según publica el libro de Paulinas.

Por todas estas razones es que colocás un árbol en el medio de su casa todos los días 8 de diciembre, Día de la Virgen, y lo adornás con elementos extravagantes.

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