lunes, 9 de febrero de 2009

Relevaron de su cargo en una orden al obispo que negó el Holocausto


La Fraternidad Sacerdotal San Pío X lo apartó de la dirección del Seminario de La Reja, en el Gran Buenos Aires. La orden reconoció que los comentarios de Williamson fueron "inoportunos". El obispo ultraconservador ya había adelantado que no se retractaría, a pesar del expreso pedido papal al respecto.
Monseñor Richard Williamson, cuestionado por negar el Holocausto judío, fue relevado anoche por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X del cargo de director del Seminario de La Reja, cargo que ocupaba desde 2003.La decisión fue informada por el superior del Distrito de América del Sur, padre Christian Bouchacourt, quien aseguró en un comunicado que las "afirmaciones" de Williamson "no reflejan en modo alguno la posición" de la congregación."Un obispo católico no puede hablar con autoridad eclesiástica sino sobre materias concernientes a la fe y a la moral", expresó Bouchacourt en el comunicado, que fue enviado a la agencia DyN por la fraternidad.La Fraternidad San Pío X reconoció "inoportunos" los "comentarios" de Williamson, pero repudió con "tristeza" las "acusaciones permanentes" hacia la orden religiosa "con el fin manifiesto de desacreditarla". Pese a que el papa Benedicto XVI le había exigido una retractación, el obispo lefebvriano insistió ante el semanario alemán Der Spiegel, en declaraciones que serán publicadas esta semana pero de las que el sábado se conocieron algunos adelantos, en que no existían evidencias del genocidio perpetrado por el régimen nazi contra los judíos.

"No me retracto", dijo allí. "Lo haré frente a nuevas pruebas históricas (del Holocausto), no (frente a) emociones", dijo el obispo ultramontano. El religioso, además, afirmó que en los derechos humanos "se desarrollan siempre políticas anticristianas". Williamson no asistió ayer a la misa que, en latín y de espaldas a los feligreses, celebró uno de los curas integrantes de la Fraternidad Sacerdotal Pío X en la localidad bonaerense de La Reja, partido de Moreno. En tanto, el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, ofició ayer al mediodía la ceremonia religiosa en la parroquia de la Fraternidad Pío X ubicada en la localidad de Olivos, a pocas cuadras de la Quinta Presidencial. La decisión de Casaretto fue considerada un fuerte gesto de la Iglesia Católica hacia los lefebvristas, tres días después de que la Conferencia Episcopal Argentina aseguró "no tener contacto alguno" con Williamson.

En declaraciones a DyN el vocero episcopal, presbítero Jorge Oesterheld, sostuvo que "la Iglesia en Argentina no mantiene absolutamente ningún contacto institucional y de ninguna índole con los lefebvristas", el grupo religioso ultraconservador que no acepta las reformas introducidas por el Concilio Vaticano II. La presencia del obispo británico en el país se desconocía hasta que se difundieron sus polémicas declaraciones. En La Reja se desempeñó durante más de cinco años como director del seminario Nuestra Señora Corredentora, el único en América latina de los seis que posee la orden en el mundo. La comunidad judía local repudió sus expresiones negacionistas del Holocausto. "Escuchar que un alto prelado se pronuncie de esta manera nos produce mucho dolor. Sus expresiones fueron muy desafortunadas", opinó Julio Schlosser, secretario general de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA).

El obispo Marcel Lefebvre, fallecido en 1991, fundó la Sociedad Sacerdotal de San Pío X en 1969, opuesta a las reformas del Concilio Vaticano II, particularmente la autorización de celebrar misas en idiomas locales, en lugar del latín. Desde el inicio de su pontificado, Benedicto XVI dejó clara su intención de normalizar las relaciones con los lefebvristas excomulgados en 1988 por su antecesor, Juan Pablo II. En 2007 respondió a una de sus demandas, al eliminar restricciones a la celebración de la misa en latín. Al levantar el decreto de excomunión, respondió a la segunda demanda de los lefebvristas para iniciar discusiones teológicas sobre la normalización de las relaciones. El movimiento tradicionalista tiene unos 460 sacerdotes y cerca de 150.000 fieles en unos 50 países, muchos de ellos en América latina.

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