En un partido marcado por la paridad, el equipo de Hernández superó 93-89 a los dirigidos por el cordobés Magnano y consiguió el boleto hacia los cuartos de final de la Copa del Mundo de Turquía.
La selección argentina de básquetbol derrotó por 93-89 a Brasil en los octavos de final del Mundial de Turquía y este jueves se medirá con Lituania, que venció a China, en búsqueda del pasaje a las semifinales. Una vez más, el pivote porteño Luis Scola se erigió como la gran figura del elenco nacional al aportar 37 puntos.
Por culpa de la pegajosa marca bajo los aros, ambos protagonistas encontraron oxígeno mediante los triples y gozaron de un alto porcentaje durante el primer periodo. Como consecuencia, el marcador no tuvo descanso y recién se frenó en 25-25 al término del parcial. Carlos Delfino fue el de mejor puntería en el equipo argentino, mientras que Brasil respondió con las apariciones del base Marcelo Huertas y el escolta Leandro Barbosa.
El margen de efectividad decayó bruscamente en el prólogo del segundo cuarto. En base a su gran esfuerzo y a un Scola siempre desequilibrante, el equipo argentino logró una ventaja de seis puntos (46-40) a falta de un minuto para el entretiempo. Sin embargo, Brasil resucitó de la mano de Marcelo Huertas (anotó un total de 34 puntos) y construyó un parcial de 8-0 para irse al descanso con 48-46.
Luego del entretiempo, Brasil amplió su ventaja a partir de las pérdidas argentinas. En el mejor momento de los brasileños, Delfino achicó la brecha a dos puntos con un triple y una penetración. Y en el cierre del tercer capítulo, Scola sacó a relucir su categoría y fue el motor de la recuperación de Argentina, que se puso 66-66.
El corazón de guerrero del conjunto de Hernández volvió a ser la clave de una victoria que quedará en el recuerdo. La magia del imparable Scola se combinó con la velocidad de Delfino (hizo 20 puntos), la inteligencia de Prigioni en la base (dio seis asistencias) y el interesante aporte del alero Hernán Jasen (terminó con 15 puntos). Brasil hizo alarde de la mayor juventud de su plantel y dio pelea hasta el final, pero nunca pudo eclipsar a Scola.
Luifa, que además de su goleo también tomó nueve rebotes y dio tres asistencias, no aflojó en ningún momento y fue el encargado de sellar el resultado con dos libres. Nadie mejor que él para ponerle el moño a un triunfo sufrido que disfruta todo un país. La Generación Dorada dio gran paso rumbo a la gloria y no deja de soñar con sumarle otro hito a su rica historia.
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