miércoles, 12 de agosto de 2009

GOBIERNO VS CLARIN: LA GUERRA DEL FUTBOL


Por Julio Villalonga *

La decisión de la AFA de rescindir el contrato de televisación del fútbol que la unía desde hace 18 años a una empresa del Grupo Clarín tendrá consecuencias legales y políticas. Las legales se irán conociendo en las próximas horas. Los abogados del Grupo Clarín presentarán a primera hora del miércoles un recurso de amparo que debería dejar las cosas tal como estaban hasta esta noche mientras la Justicia se toma su tiempo y lo analiza.

Es probable que, entonces, la televisación del fútbol siga en manos de TSC hasta que una decisión judicial en contrario provoque que los derechos vuelvan a estar en poder de la AFA. Si no se produce ninguna “rareza” jurídica, esto sería lo que debiera pasar. Pero la AFA tomó una decisión trascendental y el escenario político ya no es el que era: por primera vez desde que el Grupo Clarín es lo que es, desde que detenta el poder que detenta, sus directivos deben enfrentar una situación de crisis semejante, una situación en la que se encuentran en la vereda de los que perdieron un negocio. Y un negocio grande.

Insisto: este escenario no tiene pretecedentes. Más allá de la reacción legal, ¿cómo será la reacción política del mayor multimedios de la Argentina? ¿Profundizará su línea editorial hostil hacia el kirchnerismo? ¿Buscará negociar?

Para comprender las nuevas coordenadas debe entenderse qué negocio ve peligrar el Grupo Clarín con la decisión de la AFA, detrás de la cual nadie duda se enconde el largo brazo del Gobierno y la sed de venganza de Néstor Kirchner. No se trata sólo –aunque no es poco- de un negocio que factura 900 millones de pesos por año. El fútbol es más que eso. O no es sólo eso.

El negocio lo constituyen hoy, y lo serán más en el futuro, los “contenidos”. Los digitales (el portal de Olé ya está muy cerca de clarín.com en cantidad de tráfico) y los digitales-móviles, que ya llegan. Si se miran los números de estos negocios ya maduros en los países centrales se verá que estamos hablando de varias veces los 900 millones que hoy puede perderse de facturar el Grupo que lidera el directivo Héctor Magnetto.

Cuando hablamos de consecuencias políticas, si asumimos que Clarín tiene un peso específico muy superior al de cualquier otro conglomerado empresario en el país, quedará en claro que ningún consorcio de estas características se queda inmóvil frente a una decisión que afecta en esta medida sus negocios. Y su poderío político.

Si las portadas del diario, las primeras noticias de su portal, los flashes de Todo Noticias (su señal de cable), los títulos de Telenoche o los boletines de radio Mitre provocaron tamaño encono en Néstor y Cristina Kirchner, desde que el Grupo se encolumnó detrás del campo en marzo de 2008, ¿cómo será en el futuro mediato la relación entre ambos?

Nadie que conozca a los actores puede llamarse a engaño. Se inicia una nueva etapa política e institucional en el país donde la negociación no será ajena a la realidad de todos los días pero en la que hay un antes y un después. Ya nada será igual. El kirchnerismo hizo lo que algunos decían que haría pero que pocos creían que se animaran. Jugó el resto. El resultado, se verá, es a cara o cruz.
MINUTO UNO

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