La inestabilidad laboral que se vive a nivel mundial impone un ritmo de trabajo en el cual el principal protagonista es el estrés.
Un estudio de la Universidad Austral da consejos acerca de los comportamientos nocivos que hay que evitar para acumular situaciones dañinas para nuestra psiquis. Los síntomas y los consejos.
La inestabilidad laboral que se vive a nivel mundial impone un ritmo de trabajo en el cual el principal protagonista es el estrés.
Este puede describirse como un cuadro complejo que se manifiesta en el modo de llevar adelante una tarea y a través de síntomas como la angustia, el pánico, el mal humor, el insomnio, la adhesión a hábitos como el tabaquismo; y en última instancia, las complicaciones cardíacas cuya prevalencia aumenta.
"Los más propensos a presentarlo son los hombres y mujeres de personalidad ansiosa, los que son muy autoexigentes y los que esperan exageradamente el reconocimiento de sus jefes", explica Marcos Suffriti, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Austral.
Ante la consulta recurrente de cómo hacer para contrarrestar este tipo de angustia, Suffriti manifestó que hay personas "que pueden contrarrestarlo con más momentos de descanso, con yoga, ejercicio físico o las actividades recreativas y lúdicas", mientras que "otras necesitan un tratamiento psicoterapéutico para entender bien cuáles son los factores estresantes y cuáles sus recursos personales para enfrentar adecuadamente dichos factores. Finalmente, en algunos casos hace falta recurrir a psicofármacos como los ansiolíticos o los antidepresivos".
Por su parte, Pablo Wizemberg, psiquiatra especialista en trastornos de ansiedad, expresó que en la actualidad se asiste "a un escenario particular de estrés en quienes saben que se van a quedar sin empleo y conviven con una profunda sensación de incertidumbre, pero además en aquellos que aún permaneciendo en sus puestos sienten angustia por no saber qué va a pasar".
Un estudio en el Journal of the American Medical Association (JAMA), en el cual se analizaron los antecedentes y registros médicos de 1.000 personas de entre 35 y 59 años que retornaron al trabajo luego de haber sufrido un evento relacionado con el estrés laboral. Al cabo de dos años, aquellos que ocupaban puestos de jerarquía presentaron más del doble de posibilidades de repetir el cuadro.
Esto se debería no solo a la jerarquía laboral de la persona, sino también a las "vías de escape" que cada uno adoptaba tras sufrir el trastorno en el ámbito de trabajo: tabaquismo, los desórdenes del ritmo alimentario y largas horas de vigilia.
Los científicos explican que el estrés laboral repercute en el corazón porque sitúa al organismo en un estado de tensión permanente en el cual intervienen cuestiones psicológicas, psíquicas y fisiológicas que provocan, por ejemplo, el incremento de la presión arterial y la adrenalina. Cuando esto sucede, la posibilidad de tener un ataque cardíaco u otro evento cerebrovascular se incrementa.
Los especialistas coinciden en recomendar a las personas afectadas que busquen momentos de paz en la rutina diaria, que realicen actividad física y recreativa para distenderse y que recurran al asesoramiento psicológico.
ALGUNOS ALIMENTOS PARA BEBES NO SERIAN TAN "SALUDABLES"
Muchos alimentos comercializados para bebés son publicitados como saludables, pero en realidad, en términos de su contenido, son peores que la comida chatarra.
Algunos alimentos para bebé contienen tanta azúcar y grasas saturadas como las galletas de chocolate o las hamburguesas con queso, señaló un grupo británico.
Los resultados de un sondeo sobre más de 100 alimentos para bebés y niños pequeños, llamado Campaña sobre Comida Infantil, indicó que las galletas para bebés de Farley's tenían un 29 por ciento de azúcar y algunos bizcochos de Cow & Gate presentaban grasas trans, que han sido vinculadas con enfermedad cardíaca.
"Los resultados de esta encuesta son asombrosos", dijo Christine Haigh, portavoz de la campaña, CFC por su sigla en inglés.
"Muchos alimentos comercializados para bebés y niños pequeños son publicitados como saludables. En realidad, en términos de su contenido de azúcar y grasas saturadas, algunos son peores que la comida chatarra", agregó Haigh.
El sondeo CFC halló que 100 gramos (g) de Farley's Original Rusks, fabricado por Heinz, contenía 29 g de azúcar, más de lo que tiene la misma cantidad de galletas de chocolate.
Los Toddler's Own Mini Cheese Biscuits de Heinz presentaban 7,3 g de grasa saturada cada 100 g del producto, más de los 6,7 g que contiene un trozo de ese peso de una hamburguesa Cuarto de Libra de McDonald's.
Cow & Gate, que fabrica una serie de fórmulas lácteas y alimentos para bebés y niños pequeños, respondió al sondeo deteniendo la producción de sus galletas para bebés.
"En discusiones con la Agencia de Estándares Alimenticios ya tomamos la decisión de discontinuar nuestras galletas para bebés, cuando nos dimos cuenta de la presencia de grasa hidrogenada, que contiene una cantidad muy pequeña de grasas trans", indicó una portavoz.
Heinz defendió sus galletas Farley's como un "alimento ideal para los bebés en destete de alrededor de cuatro meses".
"Las Farley's Rusks han sido disfrutadas por generaciones de bebés, y también algunos adultos, durante 120 años", dijo la empresa en un comunicado. "Enriquecidas con vitaminas y minerales, la receta única de Farley's Rusk se ha mantenido prácticamente sin cambios", añadió.
CFC, parte del grupo de campañas sobre alimentación Sustain, examinó el contenido nutricional de 107 alimentos para bebés y niños pequeños disponibles en supermercados británicos durante marzo.
Se halló que sólo la mitad de los productos tenían bajo contenido de grasas saturadas, sal y azúcar, tal como señalan las guías de la Agencia de Estándares Alimenticios. LA CAPITAL
miércoles, 6 de mayo de 2009
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