martes, 11 de noviembre de 2008
Una chica de 13 años logró que la Justicia le permita "morir con dignidad"
La adolescente sufre una enfermedad terminal. Acudió a los tribunales británicos para que no la obligaran a ser sometida a un trasplante que no le salvaría la vida. Quiere vivir sus últimas días con su familia
Hannah Jones, una chica británica de 13 años, consiguió que los tribunales de Marden, cerca de Hereford, al norte de Londres, le reconozcan su derecho a morir con dignidad.
Está enferma de leucemia desde hace ocho años, los medicamentos que toma le provocaron una insuficiencia cardíaca por lo que pidió que la dejaran morir.
La joven decidió rechazar un trasplante de corazón que podría salvar su vida y los tribunales finalmente le dieron la razón.
Hanna argumentó que la operación "podría no salir bien" y si tuviera éxito estaría obligada "a seguir tomando medicación" el resto de sus días.
En febrero, el hospital Heredfordshire Primare Care Trust solicitó una orden judicial para obligarla a someterse al trasplante y los servicios sociales entrevistaron a la chica. Hanna consiguió convencer al trabajador social de que su decisión era meditada.
Los padres de la adolescente, según la BBC, están "muy orgullosos" de ella y respaldan su voluntad de interrumpir el tratamiento y morir con dignidad en su propia casa, rodeada de su familia.
El padre de Hanna, Andrew Jones, ha señalado que "ya ha pasado por demasiado dolor y añadir el estrés de una comparecencia judicial o de ser forzada a seguir en el hospital sería una desgracia".
La semana pasada Jones quería llevar a su hija a Disneylandia, pero tuvo que abandonar la idea porque no consiguió un seguro para cubrir el viaje de Hanna. Estas vacaciones eran un regalo de la ONG Cauldwell Children.
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